Ruth Altagracia Davis nació el 16 de Marzo de 1938 en San Pedro de Macorís, República Dominicana. Fue la mayor de una extendida familia de 9 hermanos: Antonio (fallecido), Noemí, Esther, Palmira, Elizabeth, José, Anna María y Juan Miguel. A ellos se unen sus hermanos políticos: Lucy, Ahcene, Efrain, Ramón y Martha. Sus padres fueron Antonio Davis y María del Carmen Marte de Davis, ambos fallecidos. A temprana edad Ruth emprendió en la educación escolar lo que fue una vocación abrazada durante toda la vida de su madre. Después de completar los años de la educación básica, ingresó a la Universidad Autónoma de Santo Domingo donde completó su carrera en el área de las finanzas. Una vez finalizó sus estudios universitarios, Ruth se desempeñó exitosamente como funcionaria en la Secretaria de Agricultura, en el Consejo Estatal del Azúcar (CEA), y en otras instituciones importantes de índole educativas del Estado Dominicano.
Durante sus años de labores en Santo Domingo, Ruth dio su decidido apoyo y soporte a cuatro de sus hermanos para que lograran finalizar sus carreras profesionales en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, las que lograron con éxito gracias a su desinteresado apoyo. Ruth luego de dedicar varios años a las labores antes señaladas decidió venir a Grand Rapids donde residían algunos de sus hermanos.
En sus años de estadía en Grand Rapids laboró en instituciones en el área educativa y otras dedicadas a la asistencia de personas discapacitadas. Por su labor y servicios en la educación fue honrada por el Consejo de Educación de Grand Rapids con la entrega de un certificado de reconocimiento.
Ruth fue una persona adornada de esas cualidades que enaltecen al ser humano. Su carácter apacible y amistoso atrajo hacia ella aquellos que la conocieron y compartieron en los años de su vida. No está demás decir, que esas virtudes humanas que la adornaron, fueron sustentadas por los valores religiosos que abrazó durante toda su vida y como producto de su afiliación y seguimiento a las enseñanzas cristianas de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, las que fueron un legado dejado por sus padres a ella y sus demás hermanos. Su partida no solo enluta a sus familiares cercanos sino a todos sus sobrinos y extendidas familias y aquellos que tuvieron el privilegio de compartir un momento de su vida. En ese sentido, están incluidos: Carmen, José Antonio, Juan (fallecido), Noemí, Guillermo y Katherine, Aurora y Michael, Idalmira y Gabriel, Michael y Leanne, Deborah, Guillermo, Damaris, Daniel, Huáscar, Mericarmen y Douglas.
En paz descanse Ruth, extrañaremos tu presencia.
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